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7. Problemas al mezclar grupos de cerdos y posibles soluciones (I)

Esta semana en la sección "Comportamiento"encontrarás información sobre los problemas derivados de la mezcla de grupos de cerdos así como posibles soluciones
Introducción

La mezcla de grupos de animales (mezcla de lotes enteros o introducción de uno o dos animales en un grupo formado) es una práctica común en producción porcina. Aunque se realiza en todas las fases de producción, es especialmente frecuente en el momento del destete, al final de la fase de transición y en el transporte a matadero. En todos los casos se pretende homogeneizar los pesos en los diferentes grupos de animales, con la idea de reducir costes por un mayor (¿mejor?) aprovechamiento del espacio, tanto en corrales como en vehículo de transporte.

Sin embargo, esta práctica puede ocasionar problemas no sólo de bienestar sino también de productividad. Para profundizar en este aspecto, describiremos en primer lugar la conducta agresiva, sus causas y consecuencias, para posteriormente intentar plantear algunas soluciones al problema casi inevitable de la mezcla de lotes.

Conductas sociales y agresividad

Todas las especies criadas en cautividad y destinadas a consumo humano son especies sociales en mayor o menor grado. De hecho, éste es uno de los requisitos básicos para que, en el sistema actual, la producción de una especie animal sea rentable (basta imaginar los costes procedentes de mantener cada cerdo en una jaula individual con comedero y bebedero propios). El cerdo también es una especie gregaria y, en condiciones naturales (animales asilvestrados), los grupos principales están formados por un número relativamente pequeño de hembras y sus camadas, mientras que los machos sexualmente adultos se mantienen separados del grupo principal para volver a integrarse en las épocas de reproducción.

La vida en grupos supone muchos beneficios para los animales (defensa contra depredadores, mayor eficacia en la búsqueda de comida, etc) pero sin olvidar que se trata de un grupo de seres individuales que lucharán por sobrevivir, es decir, por acceder a una serie de recursos (espacio, agua, alimento, etc). La prioridad de acceso a dichos recursos se determina en todas las especies sociales mediante interacciones agresivas. Tras diversos encuentros entre dos animales se acaba estableciendo lo que se conoce como relación de dominancia, es decir, el animal A domina sobre el B. El conjunto de relaciones de dominancia entre todos los animales de un grupo forma lo que llamamos jerarquía.

Una jerarquía estable permite que los animales de un grupo convivan manteniendo unos niveles mínimos de agresividad. Esto es posible principalmente porque los cerdos son capaces de reconocer de forma individual a cada uno de los integrantes del grupo. Por lo tanto, en un encuentro entre dos animales de una jerarquía ya establecida, la prioridad de acceso al recurso ha sido previamente determinada mediante agresiones por lo que los animales acceden a éste en un orden prefijado sin tener que pelear en cada encuentro.

Consecuencias de las conductas agresivas

Las conductas agresivas tienen efectos tanto sobre el bienestar animal como sobre la productividad. Desde el punto de vista del bienestar, las agresiones pueden provocar heridas y, con ello, un mayor riesgo de padecer infecciones. Además, la imposibilidad de evitar al animal agresor por encontrarse confinado en recintos relativamente pequeños supone un alto grado de estrés social. Dicho estrés afectará además a otros parámetros fisiológicos provocando alteraciones en el sistema inmune y facilitando la aparición de diarreas concretamente en animales recién destetados. En casos extremos, y concretamente en animales sensibles al estrés (halotano positivos), el estrés unido al esfuerzo físico que supone una conducta agresiva intensa y/o prolongada pueden provocar la muerte de algunos animales.

Desde el punto de vista de la productividad, la conducta agresiva supone un importante incremento de actividad física. Esto implica un mayor gasto energético, con el consiguiente empeoramiento del índice de conversión, además de una menor dedicación a conductas como la de alimentación. Las heridas e infecciones también suponen un gasto energético que puede afectar a los parámetros productivos. Por otro lado, se pueden generar lesiones de gravedad variable que pueden afectar a los animales permanentemente tanto en su bienestar como en su productividad. Con la nueva legislación europea sobre protección de cerdos, las hembras gestantes deberán mantenerse en grupos desde 4 semanas después de la cubrición y hasta una semana antes del parto. Esto generará nuevas situaciones de mezcla social que podrían causar agresiones entre animales que se encuentran en una fase delicada de producción. Sobre este tema se presentará un capítulo más adelante en esta misma sección.

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